viernes, 7 de octubre de 2011

Dieta milagro


Adelgazar... qué palabra más fea... sobretodo si lo vives en tus carnes. Me he tirado toda la puñetera vida a dieta, desde pequeñita, porque en vez de ver una niña, veían un donete andante.
Os voy a contar la historia desde el principio, una noche, en uno de mis innumerables ataques de sueño me apotroné en el sofá y me puse a ver la teletienda. Y claro, ver el ''superabdominazeiser'' usado por un abuelo de 60 años que tenia 230 mil millones de abdominales redistribuidos por todo el cuerpo y luego ver a una señorita de pechos máximos y bikinis mínimos usando el aparato sin ningún tipo de dificultad hace que tu te mires, te cogas las chichas, te deprimas, encima luego de fondo la publicidad ''ponte en forma, ponte en forma'' y claro, dices pues sí qué remedio ... Para el próximo año...voy a cambiar de vida, seré una mujer mucho mejor y como no me gusta mucho el ejercicio comentas lo siguiente en casa ''voy a ponerme a dieta'' y es cuando te dicen ''ves al médico''.
Cuando alguien de confianza te dice que por unos kilitos vayas al médico, malo ¿qué soy para los demás? ¿el iceberg que chocó con el Titanic? ¿La orca de 'Liberad a Willy'? La cosa es que no le haces ni puñetero caso y te vas al kiosko a ver las innumerables revistas sobre dietética barata y entre las revistas; Hola, Qué me dices, Mía, tuya y su puñetera madre, te encuentras una que te dice 'adelgace 26 kilos en 4 semanas' y dices ¡coño, esta es la mia!

El primer día de la dieta, desayuno: Hojita de lechuga y vasito de agua, no vaso, vasito. Almuerzo, media hojita de lechuga... y ya. Comida, hojita de lechuga, vasito de agua con limón para que se te llene bien la tripa. Merienda, ¡una aceituna!. Cena, hojita y media de lechuga y vasito de agua con limón. Claro que pierdes los 26 kilos... también las uñas, el pelo, las ganas de sexo... vamos, que te mueres.

No sirve así que luego pasamos a otra fase que es la autoconvicción de que solo hay un único alimento que engorda, los demás no, y casualmente coincide con el alimento que menos te gusta … Un ejemplo, llegas a una heladería y dices ''me pone cuatro bolas de helado de vainilla con un buen chorro de nata montada, sirope de chocolate y la guinda, pero no me pongas nueces que me engordan '.
O por ejemplo, estás en casa y te ponen pescado y sueltas un ''Es que a mi el pescado me engorda'', luego la tarta de queso que ha hecho tu madre no te engorda, ni la Coca Cola, ni el pollo relleno de ciruelas que tan bien le sale a tu padre...

Así que nada, la próxima vez que vaya al kiosko me compraré la de Ana Rosa Quintana, a ver si me cuenta algún truco de por qué ella pariendo 3 veces y con mellizos tiene mejor tipo que yo... eh, aunque pensándolo bien, si me hago rica como ella tampoco me va a hacer falta la dieta...

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