domingo, 21 de agosto de 2011

Volar del nido


Estoy de lujo ahora, tumbada con un refresco, dándome el solecito en las piernas y viendo mi calle. Siempre atenta a los movimientos y ruidos de esta. Alguien me llama, Mario, íntimo amigo de mis padres, y después de mucho tiempo sin verlo me dice que ya es hora de que me marche de casa.

¿Que me vaya de casa? ¿Con lo bien que estoy? Ni loca. Para mi estar en casa es como vivir en una burbuja, lejos de los problemas de los adultos.
Mira Óscar, mi vecino, tiene problemas serios con la novia, Raquel a su manera también tiene problemas por la manera que sale de casa, agarra el porro del compañero y se lo fuma con 17 años. Miguel, mi padre, tiene problemas y encima resuelve los de los demás.

Todo mi alrededor tiene problemas, en cambio yo vivo como una reina. Mi única preocupación es pensar en un regalo bonito para mis padres, que pronto es su aniversario. Eso, y currarme un buen plato de comida para hacerle fotos y hacer babear a mis amigos cuando la vean. Y sí, porqué no, ligarme al hombre de mis sueños. ¿Debo sentirme culpable por llevar mi vida así? Para nada. Me gusta mi vida. ¡Mola!

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