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Algunos lo llaman decisiones, pero yo creo que son apuestas, porque toda decisión implica un riesgo, a veces ganas, a veces pierdes, a veces pierdes tanto que desearías no haber echado esa ultima mano de cartas.
A la hora de apostar, puedes ser conservador o arriesgarlo todo, lo cierto es que no se como se sale ganando mas. Yo si he de elegir prefiero arrepentirme por apostar mucho y perder, que por no apostar nada y nunca saber cuando podría haber ganado.
Qué difícil es entender la vida cuando te quita algo que te importa de verdad, de pronto ves que has perdido la apuesta y no tienes energía ni para levantarte de la mesa.
Pero las apuestas las hacemos a diario, muchas veces estas a punto de perder algo y ni te enteras, en ocasiones alguien apuesta por ti, pero tu no puedes cubrir la apuesta.
También te arriesgas por amor, por plena inconsciencia.
Dicen que la fortuna favorece a los audaces, yo creo que los audaces son los que buscan las oportunidades de tener suerte.
Quizás, no sea tan importante perder o ganas, sino luchar hasta el final.
Te puedes jugar dinero, el afecto de los demás, tu futuro profesional, incluso tu propia vida, te lo puedes jugar todo a una sola carta, con tal de no perder lo que mas te importa.
En mi estado sentimental el riesgo es un compañero mas, y las apuestas son elevadísimas, cuando apuestas asumes el riesgo, porque sabes que muchas veces te toca perder.
Pero nos guste o no hay que seguir apostando, no te puedes levantar de la mesa de juego porque siempre habrá quien quiera hacer trampas y quedarse con nuestras fichas, cada relación entraña un riesgo, cada persona que te confía su amor te da todo lo que tiene y cuando ganas la recompensa es enorme.
También es posible perder y ganar, todo en la misma jugada, pero es un equilibrio muy complicado.
Ganar, perder, volver a ganar, volver a perder... quizás lo más complicado de todo sea decidir cuánto quieres apostar.
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