viernes, 16 de septiembre de 2011

Eres mía [Cap.3]


Años más tarde me enamoré locamente, tanto que no me importaba el sexo entre nosotros y estuvimos semanas sin tocarnos. Cuando por fin lo hicimos, una noche de escapada nocturna a la playa, no sentí nada como mi primera vez, pero le amaba, él me amaba a mi y su amor era para mi lo más importante. Estaba viviendo un sueño maravilloso y no quería despertar.

Meses después yo pasé a ser propiedad exclusiva de mi pareja, hasta el punto de que celaba hasta de mi perro, tuve que dejarle el perro a mi amiga un tiempo. Se presentaba en mi centro de estudios haciendo guardia para controlar, no quería que trabajara... A partir de ese momento, el maravilloso sueño que creía estar viviendo empezó a convertirse en una pesadilla. Me acababa de dar cuenta de que no conocía a la persona de la que me había enamorado.

Las personas no cambian pero yo tenía la esperanza de hacerlo con él pero mi amiga tenia razón, estaba ciega y lo peor de todo es que seguía queriéndole. Sólo tenía ganas de perder el sentido, desaparecer del mundo.

Tras meses de recuperación, vi el final del pozo y quise salir y ver de nuevo la luz. Mi ruptura con aquel chico fue dolorosa y estuvo a punto de costarme la vida. Llevaba meses sin tener un orgasmo y mi cuerpo volvió a despertarse. Es como si me hubiese despertado de un largo y eterno sueño. Estaba hambrienta y ya sabía cuál iba a ser el camino para saciar mi apetito. Seguir buscando.

Volví a encontrarme con alguien especial mucho tiempo después, en ese momento sentí una extraña sensación, igual que me pasó cuando tenia 15 años. Necesitaba saber más, experimentar más. Más tarde me sucedió que me estremecía con solo tocarme, yo misma me hacia viajar al cosmos, ver las estrellas. Me gustaba. La relación volvió a romperse, esta vez no tenia nada que ver con el sexo, sino con terceras personas. Y mucho me temo que esa tercera persona, en realidad, había sido yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario